El bosque de la sabiduría 🌳





Cuando estás en el bosque
eres parte del bosque. 
Todo eso, sin residuos.
 Estás bajo la lluvia. 
Eres parte de la lluvia.
Aquí viene la mañana 
- parte del nuevo día...

   El bosque sería muy triste
 si sólo cantaran los pájaros 
que mejor lo hacen.



Hay quien cruza el bosque 
y sólo ve leña para el fuego.


 De no estar tú, 
demasiado enorme sería el bosque.


 Bosque en verano.
 Del que penetra ni la más mínima huella.


 Es un bosque que navega 
y se balancea sobre las olas,
 un bosque en donde, sin saberse cómo
comenzaron a cantar pájaros, 
debían de estar escondidos por ahí
 y de repente decidieron salir a la luz, 
tal vez porque la cosecha ya esté madura
 y es la hora de la siega...



Dos caminos se bifurcaban
 en un bosque y yo, 
yo tomé el menos transitado, 
y eso hizo toda la diferencia.


 Quiero llegar a un bosque apenas sensitivo, 
hasta la maquinaria del corazón sin saldo.


 Daría un largo paseo por el bosque 
y embriagaría mis ojos con todas 
las bellezas del mundo de la naturaleza,
 intentando desesperadamente absorber 
el gran esplendor que se despliega
 en todo momento ante lo que pueden ver.


 De vez en cuando vale la pena 
salirse del camino, sumergirse en un bosque.

 El mundo es un bosque,
 en el que todos pierden su forma, 
aunque por camino diferente cada uno.

 Allí estaban de nuevo los bosques de robles,
 en las laderas los chopos orgullosos,
 afilándose, verdes. En grupos, y, no obstante, 
cada uno de ellos respirando su soberbia soledad,
 como los mismos hombres. 
Aquellos hombres de Artámila.



Cuando frecuentaba el bosque de pequeña,
 me decían que una serpiente podría picarme,
 que podría coger una flor venenosa o
que los duendes me podrían raptar, pero
 continué yendo y no encontré sino ángeles,
 mucho más tímidos ante mí de lo que yo 
pudiera sentirme ante ellos.


 Fui a los bosques porque quería vivir 
deliberadamente; enfrentar solo los hechos 
de la vida y ver si podía aprender lo que 
ella tenía que enseñar. Quise vivir profundamente 
y desechar todo aquello que no fuera vida...
 Para no darme cuenta, 
en el momento de morir, 
que no había vivido.


 Los bosques han enseñado 
libertad al hombre.


 Hay alguna floración que nadie ve
 un roble interno en los bosques.
La nación que destruye su tierra, 
se destruye a sí misma.


  Los bosques 
son los pulmones de nuestra tierra, 
purificar el aire fresco y dar fuerza 
a nuestro pueblo.



Los que ayer fueron bosques y selvas 
de agreste espesura, donde envueltas
 en dulce misterio al rayar el día flotaban
 las brumas, y brotaba la fuente serena entre
 flores y musgos oculta, hoy son áridas 
lomas que ostentan deformes y
 negras sus hondas cisuras.


 Los árboles son para nosotros la fuente
 de combustible más idónea. Se se posee
 una hectárea de bosque se descubrirá 
que, administrados debidamente, los árboles
 crecen a ritmo más rápido que el de su
 aprovechamiento para leña.


 El bosque es el colector de calor solar
 más eficiente del mundo.



El bosque se estremece soñando 
con los grandes animales que lo recorrían.


 El bosque cierra sus párpados 
y me encierra.



Los árboles del bosque profundo y oscuro
 se estremecen, agitan sus hojas como envoltorios
 de papel de plata gastada. El viento artero,
 serpenteando por sus copas, susurra que
 pronto dará comienzo. 


 Los árboles lo saben.
 Son antiguos y ya han visto de todo.



 Tú y yo somos dos tablas que alguien 
cortó en el bosque a un árbol milenario.



¡Ah, el bosque! 
En cada árbol hay por lo menos una rama
 capaz de hacer ensoñar durante muchas horas.




El bosque estará empapado. 

Y a veces se desplomará con estrépito
 algún árbol. Y de cuando en cuando se 
levantará la niebla y esa niebla se congelará.
 Luego todo tu bosque se convertirá en un 
bosque de cristal. En las ramas crecerán como
 hojas los cristales de hielo. Y luego, en breve, 
verás el quitameriendas y entonces habrá
 llegado la primavera...




 El bosque tropical parece un alma única 
que cuenta con una entidad propia y singular, 
como si las plantas que lo cubren y la fauna
 que lo habita fuesen partes de un animal grande
 y sensual, un animal que no es amenazante
 ni dañino, sino delicado y voluptuoso.



 Cortaron los laureles, 
y los ciervos del bosque huyen al escuchar
 los cuernos de la caza. No iremos, pues, allí 
en donde tiempos pasados corrían en sus 
juegos los niños en bandadas, entre lirios 
de plata que rociaba el cielo ya está el bosque
 talado y la hierba segada...
 No iremos más al bosque, cortaron los laureles.


 El bosque más misterioso y mágico que existe.
 Los grandes robles, las hayas y los castaños 
cubren las laderas de las montañas, que, 
salpicadas de otras especies, las llenan
 de tonalidades, formas y contrastes.
 

 ¿Puede alguien que haya crecido 
en la espesura de un bosque, donde hay 
que abrirse camino entre la infinidad de
 troncos para llevar una carta al correo,
 comprender lo que es tener que esperar
 toda la infancia para que crezca un solo árbol?


 El bosque es también la gran naturaleza
 viva y vivificante, el triunfo de la clorofila,
 el regreso a los orígenes.


 Las sombras han llenado los bosques, 
suben por los depósitos de la erosión, 
las pocas nubes se desvanecen en el azul. 
En los valles reina la oscuridad y los vientos 
nocturnos entonan su voz. Las ramas se agitan.
 Hasta las pequeñas hierbas crujen, 
preparándose para dormir. 
El canto de los pájaros ha enmudecido.


 ¡Oh, las noches son hermosas en el bosque!
 Las ramas se retuercen y el viento chilla 
como un gran pájaro entre los árboles.
 La luna no puede brillar en el bosque, 
y tampoco las estrellas: forma parte del
 encantamiento, como has advertido. Sí, 
con frecuencia recorro el bosque por la noche.



 ¿Tienen pesadillas los animales del bosque? 
¿Tienen al menos miedo de la noche?



 ¿Cuántos árboles hacen falta 
para tener un bosque?


 Hay un silencio de catedral aquí. 
Tal vez la gruesa y blanda corteza absorba
 el ruido y cree un silencio.
 Los árboles se elevan rectos hacia el cénit. 
No hay horizonte.

"La naturaleza, como escuela de vida,
 como manantial de creatividad 
y bálsamo reparador, 
o como reto permanente... 
(Carlos Fresneda)


"La selva es una madre solícita... 
El árbol nos acerca a los dioses y nos alimenta.
 Y también cura...
 Destruir los árboles
 es destruir al hombre africano.
 ¡Nosotros los defenderemos de esta locura"
 (Jean de Eschiembor)


"La mayor parte de los ingresos
 no proceden de la tala de árboles, 
sino de productos como leña 
para la calefacción, alimentos silvestres, 
 medicamentos y forraje para el ganado"
 (Gregory Mock)


"La mitad de la belleza depende del paisaje
 y la otra mitad del hombre que la mira"
 (Lin Yutang).


"La naturaleza y el cultivo de las plantas
 nos demuestran que no podemos
 controlarlo todo"
(Ted O'Neal)


El bosque de la sabiduría



 A pesar de cada uno de sus caminos,
nunca podrías encontrar 

las fronteras del alma:
 tan profundas
son sus raíces.


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