Cuando estás en el bosque
eres parte del bosque.
Todo eso, sin residuos.
Estás bajo la lluvia.
Eres parte de la lluvia.
Aquí viene la mañana
Aquí viene la mañana
- parte del nuevo día...
El bosque sería muy triste
si sólo cantaran los pájaros
que mejor lo hacen.
Hay quien cruza el bosque
y sólo ve leña para el fuego.
De no estar tú,
demasiado enorme sería el bosque.
Bosque en verano.
Del que penetra ni la más mínima huella.
Es un bosque que navega
y se balancea sobre las olas,
un bosque en donde, sin saberse cómo
comenzaron a cantar pájaros,
debían de estar escondidos por ahí
y de repente decidieron salir a la luz,
tal vez porque la cosecha ya esté madura
y es la hora de la siega...
Dos caminos se bifurcaban
en un bosque y yo,
yo tomé el menos transitado,
y eso hizo toda la diferencia.
Quiero llegar a un bosque apenas sensitivo,
hasta la maquinaria del corazón sin saldo.
Daría un largo paseo por el bosque
y embriagaría mis ojos con todas
las bellezas del mundo de la naturaleza,
intentando desesperadamente absorber
el gran esplendor que se despliega
en todo momento ante lo que pueden ver.
De vez en cuando vale la pena
salirse del camino, sumergirse en un bosque.
El mundo es un bosque,
en el que todos pierden su forma,
aunque por camino diferente cada uno.
Allí estaban de nuevo los bosques de robles,
en las laderas los chopos orgullosos,
afilándose, verdes. En grupos, y, no obstante,
cada uno de ellos respirando su soberbia soledad,
como los mismos hombres.
Aquellos hombres de Artámila.
Cuando frecuentaba el bosque de pequeña,
me decían que una serpiente podría picarme,
que podría coger una flor venenosa o
que los duendes me podrían raptar, pero
continué yendo y no encontré sino ángeles,
mucho más tímidos ante mí de lo que yo
pudiera sentirme ante ellos.
Fui a los bosques porque quería vivir
deliberadamente; enfrentar solo los hechos
de la vida y ver si podía aprender lo que
ella tenía que enseñar. Quise vivir profundamente
y desechar todo aquello que no fuera vida...
Para no darme cuenta,
en el momento de morir,
que no había vivido.
Los bosques han enseñado
libertad al hombre.
Hay alguna floración que nadie ve
un roble interno en los bosques.
La nación que destruye su tierra,
se destruye a sí misma.
Los bosques
son los pulmones de nuestra tierra,
purificar el aire fresco y dar fuerza
a nuestro pueblo.
Los que ayer fueron bosques y selvas
de agreste espesura, donde envueltas
en dulce misterio al rayar el día flotaban
las brumas, y brotaba la fuente serena entre
flores y musgos oculta, hoy son áridas
lomas que ostentan deformes y
negras sus hondas cisuras.
Los árboles son para nosotros la fuente
de combustible más idónea. Se se posee
una hectárea de bosque se descubrirá
que, administrados debidamente, los árboles
crecen a ritmo más rápido que el de su
aprovechamiento para leña.
El bosque es el colector de calor solar
más eficiente del mundo.
El bosque se estremece soñando
con los grandes animales que lo recorrían.
El bosque cierra sus párpados
y me encierra.
Los árboles del bosque profundo y oscuro
se estremecen, agitan sus hojas como envoltorios
de papel de plata gastada. El viento artero,
serpenteando por sus copas, susurra que
pronto dará comienzo.
Los árboles lo saben.
Son antiguos y ya han visto de todo.
Tú y yo somos dos tablas que alguien
cortó en el bosque a un árbol milenario.
¡Ah, el bosque!
En cada árbol hay por lo menos una rama
capaz de hacer ensoñar durante muchas horas.
El bosque estará empapado.
Y a veces se desplomará con estrépito
algún árbol. Y de cuando en cuando se
levantará la niebla y esa niebla se congelará.
Luego todo tu bosque se convertirá en un
bosque de cristal. En las ramas crecerán como
hojas los cristales de hielo. Y luego, en breve,
verás el quitameriendas y entonces habrá
llegado la primavera...
El bosque tropical parece un alma única
que cuenta con una entidad propia y singular,
como si las plantas que lo cubren y la fauna
que lo habita fuesen partes de un animal grande
y sensual, un animal que no es amenazante
ni dañino, sino delicado y voluptuoso.
Cortaron los laureles,
"La selva es una madre solícita...
El árbol nos acerca a los dioses y nos alimenta.
Y también cura...
Destruir los árboles
es destruir al hombre africano.
¡Nosotros los defenderemos de esta locura"
(Jean de Eschiembor)
"La mayor parte de los ingresos
no proceden de la tala de árboles,
sino de productos como leña
para la calefacción, alimentos silvestres,
medicamentos y forraje para el ganado"
(Gregory Mock)
"La mitad de la belleza depende del paisaje
y la otra mitad del hombre que la mira"
(Lin Yutang).
"La naturaleza y el cultivo de las plantas
nos demuestran que no podemos
controlarlo todo"
(Ted O'Neal)
se destruye a sí misma.
Los bosques
son los pulmones de nuestra tierra,
purificar el aire fresco y dar fuerza
a nuestro pueblo.
Los que ayer fueron bosques y selvas
de agreste espesura, donde envueltas
en dulce misterio al rayar el día flotaban
las brumas, y brotaba la fuente serena entre
flores y musgos oculta, hoy son áridas
lomas que ostentan deformes y
negras sus hondas cisuras.
Los árboles son para nosotros la fuente
de combustible más idónea. Se se posee
una hectárea de bosque se descubrirá
que, administrados debidamente, los árboles
crecen a ritmo más rápido que el de su
aprovechamiento para leña.
El bosque es el colector de calor solar
más eficiente del mundo.
El bosque se estremece soñando
con los grandes animales que lo recorrían.
El bosque cierra sus párpados
y me encierra.
Los árboles del bosque profundo y oscuro
se estremecen, agitan sus hojas como envoltorios
de papel de plata gastada. El viento artero,
serpenteando por sus copas, susurra que
pronto dará comienzo.
Los árboles lo saben.
Son antiguos y ya han visto de todo.
Tú y yo somos dos tablas que alguien
cortó en el bosque a un árbol milenario.
¡Ah, el bosque!
En cada árbol hay por lo menos una rama
capaz de hacer ensoñar durante muchas horas.
El bosque estará empapado.
Y a veces se desplomará con estrépito
algún árbol. Y de cuando en cuando se
levantará la niebla y esa niebla se congelará.
Luego todo tu bosque se convertirá en un
bosque de cristal. En las ramas crecerán como
hojas los cristales de hielo. Y luego, en breve,
verás el quitameriendas y entonces habrá
llegado la primavera...
El bosque tropical parece un alma única
que cuenta con una entidad propia y singular,
como si las plantas que lo cubren y la fauna
que lo habita fuesen partes de un animal grande
y sensual, un animal que no es amenazante
ni dañino, sino delicado y voluptuoso.
Cortaron los laureles,
y los ciervos
del bosque huyen al escuchar
los cuernos de la caza. No iremos, pues, allí
en donde tiempos pasados corrían en sus
juegos los niños en bandadas, entre lirios
de plata que rociaba el cielo ya está el bosque
talado y la hierba segada...
No iremos más al bosque, cortaron los laureles.
El bosque más misterioso y mágico que existe.
Los grandes robles, las hayas y los castaños
cubren las laderas de las montañas, que,
salpicadas de otras especies, las llenan
de tonalidades, formas y contrastes.
¿Puede alguien que haya crecido
en la espesura de un bosque, donde hay
que abrirse camino entre la infinidad de
troncos para llevar una carta al correo,
comprender lo que es tener que esperar
toda la infancia para que crezca un solo árbol?
El bosque es también la gran naturaleza
viva y vivificante, el triunfo de la clorofila,
el regreso a los orígenes.
Las sombras han llenado los bosques,
suben por los depósitos de la erosión,
las pocas nubes se desvanecen en el azul.
En los valles reina la oscuridad y los vientos
nocturnos entonan su voz. Las ramas se agitan.
Hasta las pequeñas hierbas crujen,
preparándose para dormir.
El canto de los pájaros ha enmudecido.
¡Oh, las noches son hermosas en el bosque!
Las ramas se retuercen y el viento chilla
como un gran pájaro entre los árboles.
La luna no puede brillar en el bosque,
y tampoco las estrellas: forma parte del
encantamiento, como has advertido. Sí,
con frecuencia recorro el bosque por la noche.
¿Tienen pesadillas los animales del bosque?
¿Tienen al menos miedo de la noche?
¿Cuántos árboles hacen falta
para tener un bosque?
Hay un silencio de catedral aquí.
Tal vez la gruesa y blanda corteza absorba
el ruido y cree un silencio.
Los árboles se elevan rectos hacia el cénit.
"La naturaleza, como escuela de vida,
los cuernos de la caza. No iremos, pues, allí
en donde tiempos pasados corrían en sus
juegos los niños en bandadas, entre lirios
de plata que rociaba el cielo ya está el bosque
talado y la hierba segada...
No iremos más al bosque, cortaron los laureles.
El bosque más misterioso y mágico que existe.
Los grandes robles, las hayas y los castaños
cubren las laderas de las montañas, que,
salpicadas de otras especies, las llenan
de tonalidades, formas y contrastes.
¿Puede alguien que haya crecido
en la espesura de un bosque, donde hay
que abrirse camino entre la infinidad de
troncos para llevar una carta al correo,
comprender lo que es tener que esperar
toda la infancia para que crezca un solo árbol?
El bosque es también la gran naturaleza
viva y vivificante, el triunfo de la clorofila,
el regreso a los orígenes.
Las sombras han llenado los bosques,
suben por los depósitos de la erosión,
las pocas nubes se desvanecen en el azul.
En los valles reina la oscuridad y los vientos
nocturnos entonan su voz. Las ramas se agitan.
Hasta las pequeñas hierbas crujen,
preparándose para dormir.
El canto de los pájaros ha enmudecido.
¡Oh, las noches son hermosas en el bosque!
Las ramas se retuercen y el viento chilla
como un gran pájaro entre los árboles.
La luna no puede brillar en el bosque,
y tampoco las estrellas: forma parte del
encantamiento, como has advertido. Sí,
con frecuencia recorro el bosque por la noche.
¿Tienen pesadillas los animales del bosque?
¿Tienen al menos miedo de la noche?
¿Cuántos árboles hacen falta
para tener un bosque?
Hay un silencio de catedral aquí.
Tal vez la gruesa y blanda corteza absorba
el ruido y cree un silencio.
Los árboles se elevan rectos hacia el cénit.
No hay horizonte.
como
manantial de creatividad
y bálsamo reparador,
o como reto permanente...
(Carlos Fresneda)"La selva es una madre solícita...
El árbol nos acerca a los dioses y nos alimenta.
Y también cura...
Destruir los árboles
es destruir al hombre africano.
¡Nosotros los defenderemos de esta locura"
(Jean de Eschiembor)
"La mayor parte de los ingresos
no proceden de la tala de árboles,
sino de productos como leña
para la calefacción, alimentos silvestres,
medicamentos y forraje para el ganado"
(Gregory Mock)
"La mitad de la belleza depende del paisaje
y la otra mitad del hombre que la mira"
(Lin Yutang).
"La naturaleza y el cultivo de las plantas
nos demuestran que no podemos
controlarlo todo"
(Ted O'Neal)
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