Fábula



Fábula de la oruga que se transformó en mariposa 

Dos orugas eran amigas 
 pasaban gran parte de su tiempo juntas.

 Un día una de ellas murió, por lo cual su verdadera 
y leal compañera, transida de dolor,
 inició una vigilancia al lado de su cuerpo inmóvil. 

Tras muchos días tristes, la oruga levantó los ojos

 y se encontró con una mariposa que la miraba fijamente. 

-¿por qué lloras? -Preguntó la mariposa.
-Porque he perdido a mi amiga –contestó la oruga.
Entonces desplegando todo su esplendor y belleza

 la mariposa le dijo: -Pero si yo soy tu amiga. 
El milagro de la transformación había convertido a la oruga
 en un bello ser alado. Su envoltorio corporal se había transformado,
 pero su alma continuaba siendo la misma, 
porque la esencia jamás desaparece. 

Esta bella leyenda nos habla de la inmortalidad del espíritu y,
 a la vez, de la posibilidad de evolución 
que todos los seres poseemos.

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*Un hombre se le acercó a un sabio anciano y le dijo:
 -Me han dicho que tú eres sabio….

Por favor, dime qué cosas puede hacer un sabio
 que no está al alcance de las demás de las personas.

El anciano le contestó: cuando como, simplemente como;
duermo cuando estoy durmiendo,
y cuando hablo contigo, sólo hablo contigo.

Pero eso también lo puedo hacer yo 
y no por eso soy sabio, le contestó el hombre, sorprendido.
Yo no lo creo así, le replicó el anciano.

Pues cuando duermes recuerdas los problemas que tuviste
 durante el día o imaginas los que podrás tener al levantarte.

Cuando comes estás planeando lo que vas a hacer más tarde.
Y mientras hablas conmigo piensas en qué vas a preguntarme
o cómo vas a responderme, antes de que yo termine de hablar.

El secreto es estar consciente de lo que hacemos en el momento
 presente y así disfrutar cada minuto del milagro de la vida.

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