Dos orugas eran amigas
y pasaban gran parte de su tiempo juntas.
Un día una de ellas murió,
Un día una de ellas murió,
por lo cual su verdadera y leal compañera,
transida de dolor,
transida de dolor,
inició una vigilancia al lado de su cuerpo inmóvil.
Tras muchos días tristes,
Tras muchos días tristes,
la oruga levantó los ojos
y se encontró con una mariposa
que la miraba fijamente.
-¿por qué lloras?
-Preguntó la mariposa.
-Porque he perdido a mi amiga
–contestó la oruga.
Entonces desplegando todo su esplendor
y belleza la mariposa le dijo:
-Pero si yo soy tu amiga.
El milagro de la transformación
-Pero si yo soy tu amiga.
El milagro de la transformación
había convertido a la oruga
en un bello
ser alado.
Su envoltorio corporal se había transformado,
pero su alma
continuaba siendo la misma,
porque la esencia jamás desaparece.
Esta bella leyenda nos habla
Esta bella leyenda nos habla
de la inmortalidad del espíritu y,
a la vez,
de la posibilidad de evolución
de la posibilidad de evolución
que todos los seres poseemos.
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