Benditos sean los que tienden la mano
para ayudar, los que intentan comprender,
los que quieren compartir.
Benditos sean lo que para dar su opinión
no necesitan subirse a ningún
podio,
los que se hacen tiempo para escuchar
y los que saben que siempre
hay algo por aprender.
Benditos sean aquellos que tratan de pulir
y de borrar sus mezquindades y no
simplemente de ocultarlas.
Benditos sean los buenos amigos
y el culto a la amistad.
Benditos sean los que llenan las noches
de pensamientos positivos y
creativos,
los que riegan los caminos hacia la utopía
con batallas
épicas y los que a cada historia
de amor la cargan de locuras.
Benditos sean los que disfrutan del sol
y de la luna, del cielo abierto y
de la noche cerrada,
de escalar la montaña y de zambullirse en el mar.
Benditos sean los que pueden eludir la costra
y ver la esencia, los que pueden gozar
de la poesía que tiene este mundo maravilloso.
Benditos sean los que no abandonan sus
principios ni sus raíces, pero
que no se cierran
a los cambios, ni renuncian a intentar volar.
Benditos sean los que sueñan despiertos,
sobre todo si sueñan mejorar el
mundo que
los rodea, y benditos los que del sueño
saltan a la acción.
Benditos los que leen lo que otros escriben,
los que escuchan
atentamente a quienes tienen
necesidad de hablar y los que pierden a
conciencia,
para que gane un ser querido.
Benditos sean los que odian el egoísmo,
el dolor, y la apatía ante la injusticia.
Benditos sean los que creen que nunca
se llega al ideal pero luchan con pasión
infatigable por sus ideales.
Benditos sean los que entienden que el
amanecer en la playa, el pan
recién horneado,
la música y las caricias son partes de una
fiesta que
merecemos todos.
Benditos sean los que piden perdón,
los que dicen gracias y los que no se olvidan
de decir por favor.
Benditos sean los que aspiran que el mundo
tenga lugar suficiente tanto para la hormiga
laboriosa como para la cigarra,
con su tan necesario arte.
Benditos sean los que quieren abolir las quejas,
los que quieren que
asciendan mucho los de abajo
y desciendan un poco los de arriba.
Benditos sean los que no subsisten sollozando,
mientras esperan el milagro, sino que se
proponen forjar algo milagroso.
Benditos sean los que se arriesgan por las
causas perdidas, por conquistar corazones
y por el bien de los amigos.
Benditos sean los que se arriesgan a mostrar
sus sentimientos toda la vida.
Benditos sean los que brillan con luz propia,
e iluminan a los que aun están en las tinieblas.
Benitos sean los que Aman a los demas como
a si mismos, e irradian este Amor,
adonde quiera que van.
BENDITA SEAS !!!
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