
El guerrero de la luz
a veces se comporta como agua, y
fluye por entre los muchos obstáculos que encuentra.
En ciertos momentos, resistir significa ser destruido. En esos casos, él se adapta a las circunstancias.
Acepta sin protestar que las piedras del camino
tracen su rumbo a través de las montañas.
En esto reside la fuerza del agua: jamás podrá ser
quebrada por un martillo o herida por un cuchillo.
La más poderosa...