Una ostra que no ha sido herida no genera perlas.
Las perlas son el producto del dolor,
el resultado de la entrada de un grano de arena.
En
la parte interna de la ostra se encuentra
una sustancia lustrosa llamada
nácar.
Cuando un grano de arena penetra en la ostra,
las células lo
cubren con capas de nácar para protegerla.
Lo mismo pasa con las personas...
Nosotros también tenemos heridas,
Lo mismo pasa con las personas...
Nosotros también tenemos heridas,
forman parte del devenir de la vida,
nuestro nácar es el Amor.
Así curamos nuestras heridas cubriéndolas
con varias capas de Amor,
cuanto más cubierta esté la herida,
menos
dolor sentiremos.
De no hacer así, esa herida permanece abierta,
dolerá
más y más cada día,
se infectará con el resentimiento y la amargura…..
nunca cicatrizará.
En nuestra sociedad,
nunca cicatrizará.
En nuestra sociedad,
podemos ver muchas “ostras vacías”
no porque no hayan
sido heridas,
sino porque no supieron perdonar,
comprender y
transformar el dolor en una perla.
“Una perla es…
“Una perla es…
una herida sanada por el Amor”
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